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¿Por qué entonamos el mantra Om?

OM o AUM el pranava(1), es el mantra supremo, la vibración sonora del Absoluto que subyace en el fondo de todo lo manifestado, tanto en el plano físico como en el sutil y el causal. La sílaba sagrada Om es el sonido del silencio, la forma sonora del Ser. AUM simboliza el proceso de creación (A), conservación (U) y disolución del universo (M). (Swami Digaramambanda Sarawasti: Danilo Hernández en Claves del Yoga)

A pesar de que a primera vista parezca un concepto muy profundo, el canto del mantra Om en nuestras prácticas de yoga tiene mucha relación con esta explicación. Cuando finalizamos la clase recitándolo tres veces, fundimos en vibración nuestro ser esencial con el de los demás, volviéndonos uno en el sonido. También utilizamos su representación simbólica para ejercitarnos en la concentración (dharana) a veces lo cantamos repetidas veces para enfocarnos en el momento presente, o para generar movimiento y calor…

A cada persona le lleva su tiempo asumir la liberación de la voz, pero la vibración y la repetición mental están ahí; por eso no es necesario que lo cantemos de una o otra manera ya que nos estamos revelando más allá del plano material: la vibración hace que nos percibamos sin mirarnos y, al igual que durante las otras etapas de la práctica,

nuestras energías actúen individual y grupalmente. Esto último puede sonar una contradicción, pero si participaste de una clase de yoga con voluntad genuina seguro notaste como constantemente se siente uno y el grupo, …uno y el grupo, …como un latido, una pulsión con distintos ritmos que utilizamos para conocer nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Como muchos aspectos del yoga, el símbolo del om se va comprendiendo sin análisis, con práctica y entrega, de acuerdo al propio camino, y se va relacionando con nuestra evolución hacia una existencia integra y una vida saludable. “Es el sonido primordial…”se dice, “el sonido que está en la matriz de todas las cosas, el que precedió a la creación”, pero como no estuvimos ahí resulta más fácil interpretarlo buscándolo en el sonido de la respiración, al escuchar un caracol vacío, en el ruido del mar, en el zumbido que sentimos al hamacarnos, al andar en bicicleta al darnos un chapuzón o al nadar. Cada uno se encuentra más con el om cuando acepta la simplicidad del ser, entonces: ahí está. Con la misma naturalidad podemos abordar la meditación. Es cierto que el tiempo que dedicamos a estar en silencio, metidos hacia adentro, escuchando nuestra respiración y enajenándonos de los pensamientos favorece a nuestra salud integral. Pero será más próspero entregarnos a ese momento de silencio sin esperar logros concretos y apreciables, proyectando, en cambio, nuestra consciencia presente hacia cada momento y estado de la vida cotidiana. Más allá de cada interpretación, fe o creencia , cuando meditamos buscamos la naturaleza de nuestro ser, ver quienes o qué somos realmente. Sirve buscarla en todos nuestros actos, adoptar consciencia presente en nuestro día, fortalecidos nuestro cuerpo y nuestro espíritu a través de prácticas saludables. El recogimiento interior es el medio para aclarar nuestra mente agitada y para devolvernos nuestra intuición primitiva .Pero la iluminación destella en cualquier situación si la vivimos en estado meditativo, y si tenemos consciencia e intención de evolucionar como seres espirituales.

¿Por qué agradecemos al cerrar la clase?

El ritual de juntar las manos al centro del pecho en anjali mudra y agradecer al final de la práctica es similar a la unificación a través del canto del OM. Podríamos pronunciar NAMASTHÉ (como enseña la tradición hinduista) o podríamos decir INLAK´CH (como propone la cultura maya). De todas formas estaremos saludando al otro por estar ahí, compartiendo y enriqueciendo nuestra experiencia, sirviéndonos de espejo y potenciando nuestra energía. Honramos al ser interior, al espíritu que vemos por y en el otro, al espacio en nuestra y en su vida, en lo material y en lo temporal.

Cada vez que digo muchas gracias al cerrar la clase, lo divino que hay en mi saluda a lo divino que hay en vos y honra ese lugar en el que nos habita el Universo entero: Namastè

Yo soy otra de vos: In lakech.

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1 ¡Escuchen el Pranava que emana del corazón del Cosmos! Llenen intensamente sus oídos con sus reverberaciones.(…)Sepan que es el árbol colmador de deseos, el que cumple todos los deseos.La esencia del Sama Veda es el Pranava Om. El Pranava es el aliento vital. Las escrituras también declaran que el Omkara –la sagrada sílaba Om– es el mantra supremo de los Vedas(Sai Baba La adoración del Pranava Om .1 de Octubre de 1987)

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